The Cathedral of the Holy Cross and Saint Eulalia (Catedral de la Santa Creu i Santa Eulàlia, in catalan) was built between the XIII and XV century in gothic style, although its roots date back to ages even older, since it was constructed upon an old Romanesque temple and this one was built upon an Early Christian basilica (documented since 343). However, the main façade is not so old, for it was built between the late XIX century and early XX, after 400 years remaining unfinished. These works were launched due to the 1888 World’s Fair, by the architect Josep Oriol Mestres, who was inspired by the original design of the master Carlí (Carles Galtés de Ruan, aka Charles Gauter of Rouen) French architect who built years later the majestic gothic Cathedral of Seville (the biggest cathedral in the world). The light lantern was finished in 1913, in a second phase of the works, supervised by August Font Carreras. The outcome was a beautiful slender nordic neo-gothic façade, a pretty popular style in Barcelona by those years. Its pinnacles and spires ascend to the sky, contrasting with the common Gothic-Catalan structure; so austere and horizontal, as one can see in the Basilica of Santa María del Mar.
As it’s very usual in gothic temples, we find plenty of sculptures and other details in this façade. Prophets, kings, angels, gargoyles… In the mullion of the door there is Jesus (carved by Agapit Vallmitjana) surrounded to each side of the door by the 12 apostles. Each one of them holds the attributes of their respective martyrdom. These are highly realist sculptures as much on their clothes, as on the expression on their faces and their skin. Personally I’m fascinated by the hands of each one of them. The veins and the fingers with its knuckles and its nails are so well done that seems real.
The façade are crowned by a big bronze statue raised over the light lantern. No, it’s not Saint Eulalia. It’s Saint Helena, mother of Constantine the Great, who found the True Cross, according to Christian belief. Here she is, proud and dashing, showing the cross to Barcelona. This sculpture was made by Eduard Alentorn. Here you are an old pic of it, before of being raised to its original place. Now you can perceive its real size!
As my camera is very limited, I couldn’t take pictures that can make justice to this façade. As I say always, it’s better to admire it in situ whether you’re a Christian or not. The best moment it’s during noon, when the cathedral closes its doors and gets clear of people. Another great moment to visit the exterior of the Cathedral is by night, providing that you have the luck of find this great monument properly illuminated.
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La Catedral de la Santa Creu i Santa Eulàlia (Santa Cruz y Santa Eulalia) se construyó entre los siglos XIII y XV en estilo gótico, aunque sus raíces se remontan a tiempos aún más antiguos, pues se edificó sobre un antiguo templo románico, y este a su vez había sido construido sobre la basílica paleocristiana (documentada desde el año 343). Sin embargo, y como muchos sabrán, la fachada principal no es tan antigua, ya que se construyó a finales del siglo XIX y principios del XX, tras haber permanecido inacabada 400 años. Estas obras se emprendieron con motivo de la Exposición Universal de 1888, bajo las órdenes del arquitecto Josep Oriol Mestres, inspirado por el proyecto inicial del mestre Carlí (Carles Galtés de Ruan, conocido también como Charles Gauter), arquitecto francés que posteriormente edificaría la majestuosa catedral gótica de Sevilla. El cimborio que preside la fachada fue concluido en 1913, en una segunda fase de obras dirigida por August Font Carreras. El resultado fue una fachada esbelta de estilo neogótico nórdico, tan popular por aquellas fechas, cuyos pináculos y agujas ascienden al cielo. Esto contrasta con las estructuras típicas del gótico catalán, tan austeras y horizontales, como podemos ver en la basílica de Santa María del Mar.
Como es habitual en los templos góticos, encontramos una gran profusión de detalles escultóricos en la fachada. Profetas, reyes, ángeles y gárgolas se suman a la decoración. En el parteluz de la portada encontramos a Jesús (esculpido por Agapit Vallmitjana) rodeado a cada lado por sus 12 apóstoles, cada uno de ellos sosteniendo el atributo de sus respectivos martirios. Son esculturas de un gran realismo, tanto por el drapeado de las ropas, como por el trabajo de la piel. Personalmente, me fascinan las manos de todos ellos; las venas, y los dedos con sus nudillos y uñas están tan logrados que parecen tener vida.
Toda la fachada queda coronada por una gran imagen de bronce asentada sobre el cimborio. No, no es Santa Eulàlia. Es Santa Elena, madre de Constantino el Grande, de la que se dice que encontró la Vera Cruz. Aquí la vemos, orgullosa y bizarra, mostrando la cruz a Barcelona entera. Fue realizada por Eduard Alentorn, y para que se perciba bien su tamaño, aquí adjunto una fotografía antigua de la escultura, antes de ser emplazada en su lugar.
Como mi cámara de fotos es muy limitada, no he podido realizar un trabajo que haga justicia a esta fachada. Como siempre, lo mejor es plantarse delante y admirar esta obra, ya seas creyente o no. El mejor momento es durante el mediodía, cuando el templo cierra sus puertas, y por la noche, cuando se tiene a bien iluminar correctamente este gran monumento declarado de interés histórico-artístico nacional.